Artrópodos (LSA)

ARACNIDOS


Los arácnidos se caracterizan por su respiración traqueal (filotráqueas), cuerpo dividido en dos regiones: cefalotórax o prosoma, y abdomen u opistosoma, y la presencia de apéndices torácicos articulados: un par de apéndices llamados quelíceros en forma de pinza o garfio, con funciones prensiles con objeto de inmovilizar e inyectar veneno; un par de apéndices maxilares llamados pedipalpos con una función fundamentalmente masticadora, pero que pueden adoptar otras formas y funciones (táctiles, prensiles...) según el grupo de que se trate; y cuatro pares de patas con funciones locomotoras en general, pero que en otros grupos pueden también adoptar variadas formas o servir para excavar, nadar, tejer la seda, etc. El abdomen puede no presentar segmentación, como en las arañas y ácaros, o sí , como sucede en los escorpiones, en que se distingue una parte ancha llamada preabdomen con 7 segmentos, y otra más estrecha llamada postabdomen con 6 segmentos, éste último finalizado en una uña venenosa o telson. Los arácnidos no poseen órganos masticadores. El sistema nerviosos es ventral y ganglionar. El sistema circulatorio se ubica en la posición dorsal.

Aunque la mayoría de los arácnidos son carnívoros, existen algunos fitófagos, y también adaptados a la vida parásita, como los ácaros. Manifiestan dimorfismo sexual y sexos separados. La reproducción es ovípara y, en general, sin metamorfosis.


INSECTOS


INSECTOS
Los insectos, constituyen uno de los grupos de artrópodos más importante y diversificado de todo el reino animal. Para alcanzar a comprender este extremo, basta con decir que existe alrededor de un millón de especies descritas, pero en realidad existen muchas más sin clasificar.
Existen fósiles de insectos del periodo Devónico, y se sabe que en el Carbonífero había grandes libélulas y cucarachas; se estima que fue a finales del Paleozoico el momento en que alcanzaron su máximo desarrollo evolutivo, no sufriendo desde entonces variaciones de importancia.
Hay muchas formas, estructuras y adaptaciones de insectos que derivan de su elevado número. Han conseguido poblar ampliamente los medios acuáticos y terrestres, y los hay herbívoros, carnívoros y parásitos. Generalmente son pequeños, al objeto de que el peso del esqueleto quitinoso que les protege no les impida desplazarse En muchos de ellos, los colores tienen funciones miméticas y de autodefensa; en otros se despliegan muy llamativamente para captar la atención de los machos, a la vez que suelen tener sabor desagradable para sus posibles depredadores. Las bellas y llamativas mariposas han desarrollado también un método de autodefensa, mostrando en las alas dibujos de grandes y falsos ojos que espantan a sus potenciales enemigos.

El cuerpo de los insectos está dividido en tres regiones segmentadas: cabeza, tórax y abdomen . Los tres pares de patas son en general marchadoras, pero también pueden estar modificadas para excavar, nadar, saltar, etc.
En la cabeza se distinguen un par de ojos compuestos y muy complejos, un par de antenas articuladas de naturaleza sensitiva, y en medio de éstas varios ocelos. El aparato bucal está rodeado de una serie de piezas: el labro, el labio, dos maxilas, dos mandíbulas y los pedipalpos; pueden estar adaptadas al régimen alimenticio (masticar, lamer o succionar).
La respiración de los insectos se realiza a través de un sistema de tubos o tráqueas muy ramificado. El sistema traqueal comunica con unos pequeños orificios situados linealmente en los segmentos torácicos y abdominales llamados espiráculos.
El aparato digestivo está alojado en el interior de la cavidad corporal. Se inicia en la boca (donde desembocan dos glándulas salivales), le sigue el esófago, estómago, buche, y a través de un intestino finaliza en el ano. La excreción se realiza al final del tubo digestivo, mediante los llamados tubos de Malpigio (o Maliphi), consistentes en un manojo de pequeños tubos excretores. El sistema nervioso consta de un cerebro dorsal, ganglios subesofágicos, y un doble cordón nervioso conectado con la región cefálica que se sitúa debajo del aparato digestivo (ventral). El sistema circulatorio consta de un corazón tubular, aorta y hemocele. No poseen capilares ni venas.